La Gestión del Espacio Muerto: Crítico en la Cicatrización de las Heridas

espacio muerto en la cicatrizacion de herida

¿Has oído hablar alguna vez de los espacios muertos en las heridas?

Cuando hablamos de espacios muertos estamos haciendo referencia al vacío que puede existir entre el lecho de la herida el apósito que estemos utilizando para cubrir la lesión.

Para evitar la formación de esas zonas de no contactoo espacios muertos, debemos asegurarnos de que el apósito que utilicemos tenga la capacidad de cubrir íntimamente el lecho irregular de la herida. Que se produzcan estos espacios en las heridas puede tener serias consecuencias en la cicatrización debido a la gestión ineficaz del exudado.

Gestión del espacio muerto

 

Espacios muertos: un elemento muy vivo y determinante en el proceso de cicatrización

Los espacios muertos juegan un papel determinante en el proceso de cicatrización hasta el punto que pueden provocar situaciones que pongan en riesgo la progresión favorable de la misma.

Es importante a la hora de elegir el apósito que consideremos, entre otros factores, la capacidad que tiene para conformarse al lecho de la lesión. La conformabilidad de un apósito hace referencia a la capacidad de adaptarse al lecho con el fin de garantizar el contacto íntimo con la superficie total de la lesión evitando la aparición de espacios muertos y favoreciendo una correcta gestión del exudado.

En caso contrario, es decir, cuando entre el apósito y la superficie irregular de la lesión se producen esas zonas de no contacto, se pueden generar zonas de acúmulo de exudado, ya que no se está garantizando la óptima absorción del mismo. Esta situación puede tener consecuencias negativas en el proceso de cicatrización por diferentes vías:

  1. Incremento del riesgo de infección: Si se producen espacios muertos en el lecho se puede producir acúmulos de exudado que se asocian a niveles crecientes de colonización microbiana ya que es un medio idóneo para la proliferación de microorganismos y representa un caldo de cultivo significativo para la sostenibilidad y longevidad de los biofilms.
  2.  Favorece una situación inflamatoria de baja intensidad y sostenida, estado proinflamatorio, en la lesión a consecuencia del aumento de la actividad de las Metaloproteasas.  Este estado proinflmatorio produce una serie de reacciones bioquímicas cuya consecuencia final es el estado de hipoxia celular, situación incompatible con la cicatrización favorable de la lesión.
  3.  Para que se produzca la cicatrización necesitamos el restablecimiento de un epitelio intacto y la recuperación de la funcionalidad de la piel, o epitelización. No obstante, el proceso de epitelización puede verse afectado cuando el borde epidérmico no consigue migrar a través del lecho de la herida. Cuando se produce acumulación de exudado se pueden producir fugas que afecten a los bordes de la lesión provocando la maceración de la epidermis superficial de la perilesión. El aspecto que presenta esta piel macerada es de color blanco perlado, sin brillo, sin consistencia y de gran fragilidad situación que tiene consecuencias muy negativas en el proceso de cicatrización ya que interrumpe el proceso de la migración celular que culmina con la epitelización.

 

4. Además, el exudado en heridas cronificadas parece ser que más corrosivo que el de las heridas agudas y, por lo tanto, una gestión ineficaz del mismo puede provocar una agresión para la piel circundante causando situaciones de dermatitis perilesional como consecuencia del contacto sostenido con este fluido irritativo.

Además del consabido retraso en la cicatrización, existen otros factores negativos, que también debe tenerse en consideración, como consecuencia de la gestión ineficaz del espacio muerto y acúmulo exudado como es el aumento en la frecuencia de curas y cambios de apósitos, un aumento de la carga emocional y deterioro en la calidad de vida de la persona que padece la herida, una sobrecarga del profesional y un incremento de los costes sanitarios.

Heridas con mayor nivel de exudado: un reto añadido

Hay una serie de heridas que representan un reto importante para los profesionales ya que llevan asociadas a su etiología un nivel alto de exudado.

Por ejemplo, lesiones relacionadas con la dependencia, que tienen su causa en fuerzas como la presión y cizalla, afectan tejidos profundos y suelen tener unas características propias, tales como:

  • Heridas de dimensiones importantes
  • Cavitaciones
  • Fistulizaciones
  • Lechos lesionales de gran irregularidad

También podemos considerar las ulceras de etiología venosa, sobre todo en aquellas en las que no se está realizando un correcto abordaje etiológico mediante terapia compresiva y, por tanto el exudado y la gestión ineficaz del mismo, puede presentar grandes inconvenientes tanto a los profesionales como  a las personas que las padecen que ven mermada considerablemente su calidad de vida.

Heridas secundarias a procesos de cronicidad como la diabetes mellitus pueden desencadenar procesos de neuropatía plantar que producen lesiones profundas y muy cavitadas con gran proliferación microbiana y por tanto con niveles muy altos de exudado. Estas lesiones presentan dos características muy determinantes a la hora de la elección del apósito adecuado como son la localización anatómica y la movilidad de la zona. Garantizar el cubrimiento íntimo y mantenido en el tiempo de estas lesiones supone a los profesionales un reto muy importante a la hora de su correcto abordaje.

En la misma línea, por mi experiencia asistencial, puedo asegurar que las lesiones derivadas de procesos neoplásicos también suponen un reto para los profesionales. Estas lesiones presentan unas características muy concretas: Lechos altamente irregulares, de gran fragilidad, niveles muy altos de exudado asociados a otros síntomas como son olor, dolor, sangrado y localizaciones anatómicas dispares… Situaciones que exigen una gran destreza técnica y una mayor habilidad parar desarrollarla con la delicadeza que la situación exige.

Otros tipos de heridas que también generan dificultades en relación al exudado son las heridas quirúrgicas dehiscentes, heridas por quemaduras…

En el complejo camino hacia la cicatrización, la gestión de los espacios muertos y el acúmulo de exudado que en ellos se puede producir, representan un reto añadido para los profesionales en estos tipos de heridas tan complejas.

Ganar la batalla a los espacios muertos: la unión íntima hace la fuerza

Como hemos comentado al inicio de este post, los espacios muertos se producen cuando no existe un contacto íntimo entre el apósito que hemos elegido y el lecho irregular de la lesión.

Por otro lado, sabemos que el exudado en las heridas se produce en respuesta a una interacción entre factores como: Etiología de la herida, fisiología de la cicatrización, procesos patológicos agravantes y ambiente en la herida. Es en este último factor donde juega un papel muy importante la elección del apósito que apliquemos ya que requiere productos que prevengan el exceso de exudado del lecho de la herida y aísle a la piel circundante, pero garantizando las condiciones óptimas de humedad en el lecho de la lesión que favorezcan el progreso favorable de la cicatrización.

«Como veremos en post posteriores la elección de un apósito que se conforme al lecho de la herida evitando la aparición de espacios muertos, que garantice la absorción vertical del exudado para evitar su acumulación y que mantenga una capacidad de retención del mismo para favorecer la cicatrización y proteger la piel perilesional juega un papel exitoso en la curación de heridas.

Espero que esta información te haya sido de utilidad. También te animo a que prevengas esos acúmulos de exudado realizando una correcta gestión de los espacios muertos en el lecho de la herida.»

Bibliografía:

JWC. Restoring balance: biofilms and wound dressings.VOLUME 27. NUMBER 2. FEBRUARY 2018. Disponible en: https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pubmed/29424642

Palomar F, et al. Piel perilesional y tratamientos. Enfermería Dermatológica. 2007; 1, 24- 31.pdf. Disponible en: https://dialnet.unirioja.es/descarga/articulo/4625378.pdf

Adderley, U. Managing wound exudate and promoting healing. British journal of community nursing. March, 2010. Disponible en: https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pubmed/20220633

World Union of Wound Healing Societies (WUWHS). Principios de las mejores prácticas: Exudado en las heridas y utilidad de los apósitos. Documento de consenso. London: MEP Ltd, 2007. Disponible en: https://gneaupp.info/wp-content/uploads/2014/12/exudado-en-las-heridas-y-utilidad-de-los-apositos.pdf 

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